abril 07, 2007

¿Aburridos o envejeciendo?



Cuando de diversión se trata lo improvisado siempre es lo mejor. Las sorpresas son lo que hace a la vida divertida. Los cambios intempestivos y la manera de reaccionar a ellos son lo que hacen que uno se divierta. Planear una reunión a veces no es tan divertida como una juergaza de la nada. La del viernes fue una mezcla de las dos. Una reunión pequeña que con el pasar del las horas y el incremento del entusiasmo se iba convirtiendo en una parrillada bailable en la humilde residencia de los Ormeño. Temprano por la mañana, las compras respectivas, carne, pan esnsaladas y vino. Bueno, además de TODO lo demás, chocolates para la tardecita, energy drinks para el whisky en la nochecita y más etcéteras que lo unico que harian seria abundar en letras y en kilos. Pasó la hora del piscinazo y la tarde llegó, unas cuantas llamadas y empezaron los preparativos, colocar las luces de colores, la bola de espejos, la cortadora, la máquina de humo y la de burbujas, parecía sonar demasiado pero el entusiasmo por la "fiesta" nos hacía mantenernos colgados de los techos fungiendo de electricistas con 4 extensiones locas. Al final nos dimos por vencidos. Solo las luces de colores y la bola de espejos con eso es suficiente. Mientras esperábamos la hora pusimos una película en el DVD y nos tiramos a verla. Los preparativos, y la pela de la tarde nos había hecho entrar en un estado de modorra que ya la fiesta no importaba tanto. Creo que no fue muy buena idea tirarnos en la cama a ver una pelicula. Bueno o dormimos o que?

- Vamos a mi casa para cambiarme, si me pongo ropa tiki tiki a lo mejor me siento mejor y se me levantan los ánimos.

De regreso las ensaladas ya estaban listas, la carne al lado del asador, los vinos frios y el whisky esperando para ser servido.

-Bueno pues un whiskicito para ponernos en algo mientras esperamos a los invitados.

La espera no duró mucho y los invitados llegaron. La carne iba saliendo del asador y los invitados saciaban su hambre mientras conversaban y contaban historias. Terminó la parrillada, salgamos de la terraza y vamos para la sala que ya hace friecito. En la sala las luces de colores giraban sin cesar al igual que el veintiunico disco de música pachanguera que tenemos. Finalmente optamos por apagar las luces de colores y bajar la música para conversar. Una buena conversa de amigos con vino y whisky para los que quieran, tortita helada para otros, harto pucho de por medio y frases disparatadas nos dejaron un buen sabor de boca la noche del viernes.



1 comentario:

Milagros dijo...

Mierdas!!!!!!!!!!!!!!!

¿Por qué no me invitaron? Yo que soy buena para las juegas improvisadas, porque para las planificadas no me llamen,