mayo 16, 2007

Oh! El Bar


Hace tiempo que escucho la frase "Me la quiero pegar horrible" y hace otro que yo también la vengo diciendo. Era el cumpleaños de una amiga, recién me habían hecho un pedido después de tiempo sin nada, así que estaba contento y la ocasión era perfecta. Después de un lonche contundente al que hace algunos días nos estamos acostumbrando (Basta Chani de traer dulces a la hora del lonche) nos arreglamos y salimos para la casa de unos amigos que regresaban a Puerto Rico y los despedíamos y le mandábamos unos regalitos a otros que viven por allá. Bueno la despedida vino con sendas copas de vino tinto y un quesito manchego. La buena conversa y la simpatía de los chicos que fueron llegando nos hacia empernarnos a los sillones mulliditos de la casa de Marjorie y olvidarnos del compromiso previo. Lo malo era que habíamos quedado en pasar a buscar a Ursula y a Jessi antes de pasar por Mama Batata que era el lugar de encuentro. Así que después de 25 beeps del nextel y una llamada al celular nos retiramos sin ganas hacia Larcomar. Mama Batata no es el tipo del lugar que normalmente frecuentamos, no por otra cosa que por lo mismo de que la gente nos jode y Mama Batata siempre revienta de gente. Para variar Ursula se aburrió y no fue así que solo pasamos por Jessica y nos enrumbamos a Miraflores. Llamamos a la cumpleañera y nos dijo que estaba en camino y en el caso llegáramos antes que ella separemos mesa. Separemos mesa???????????? What? Apenas llegamos el local estaba infectado de gente, gente no muy linda dicho sea de paso, que parecía que se había pegado a las sillas y que no se pararía jamás. Esperamos. Seguimos esperando. Llegaron y aun seguíamos esperando. Tratamos de sobornar a los mozos por una mesa y nada. Bueno nos pusimos un límite. Esperaríamos hasta las doce y sino nos íbamos. Ya los nervios del lugar y la gente que nos atacaba un poco, nos empezaba a obnular la mente. Ok. 11.45pm y encontramos una mesa pero era para cuatro y el grupo era los suficientemente grande como ocupar casi un tercio del local. Bueno pues, nos sentaremos, así que la mesa de cuatro solo sirvió para cuatro. Jessy, Chani, Tito y yo. Acomodados y bien sentados como debe ser, nos dispusimos a pedir y tratar de relajarnos un rato. Llego la carta de tragos y la de piqueítos. Yo humildemente pedí un Dry Martini, los demás empezaron con shots. Esos tragos asesinos que mezclan como cuatro o cinco alcoholes y otras hierbas. Antes de trajeran mi martini ya iban ellos por la segunda ronda de shots. Pedimos además un combo 4 que no venia explicación alguna más que la foto del plato como en menú de chifa y nos atrajo el doradito de las frituras que se distinguían como chicharrón de calamar o algo parecido. Cuando llego el piqueíto yo iba recién en el segundo sorbo de mi martini y los demás estaban como en la cuarta ronda. El piqueíto no era otra cosa que onion rings con su grasa más. Bueno pues habrá que comerlos nomás. Se desocuparon otras mesas cerca y las juntamos como para hacer un gran grupo alegre, tan alegre como la Banda de Hola Yola. Yo iba por la mitad de mi martini y los demás iban como en la octava ronda de venenos en vaso chiquito. Ya las palabras no fluían de manera tan perfecta de la boca de Jessica, signo de que estaba entrando en una bomba profunda. Aún no hacia la mueca mágica que nos asegura el éxito total de una bomba, ese de acercarse el dedo a la boca como para aguantar el vomito que indefectiblemente y con furia quiere salirse después de haber ingerido grandes cantidades de alcohol o en el caso de Jessy, unas cuantas chelas. Estaba aguantando la chata. Escuchaba palabras como vamonos al Marriott, de esta no te salvas, las manos iban y venían. Bueno y así siguieron, la música se puso y sin importarnos la gente que nos miraba, que en realidad no nos importaba, nos paramos sobre las sillas y empezamos a bailar al mejor estilo de Justin Timberlake, añorando y lamentándonos el cierre del Valetodo. Después de 12 rondas de vasitos y de un par de whiskies con red bull decidimos retirarnos a un lugar más "decente" a pedido de mi hermano. Así, nos dirigimos a otro lugar, les aclaro que yo manejaba y por eso no había tomado mucho, ergo, esta sobrio y aguantando a tres ebrios con los bríos y los volúmenes elevados, un lenguaje no muy delicado y una pinta fatal. La verdad que con esas caras y en ese estado los hubiera llevado a la Noche de Barranco o algún lugar similar en el que no los pudieran juzgar, sino, mas bien comprenderlos y que algún parroquiano les buscara la conversa cual terapeuta dedicado. Pero no fue así, pidieron ir al Bar O, si el Bar O frente al Rodrigo y pasando el Cocodrilo Verde. Oh my God!, fue mi expresión cuando pensé en aparecerme en el Bar O, infectado de snobs y pseudos BoBo’s limeños – BoBo por las siglas de Bohemian Burgoise (burgues bohemio) – que mas que pseudos BoBo’s son tremendo bobazos, pero en fin, ahí terminamos. Apenas entramos, mi hermano que ya se había convertido en Jeckyll vociferó desde la puerta hacia la barra para que le trajeran dos orgasmos múltiples y un Bellini de chirimoya. Más trago. La conversación empezó ya a derivar el clásico yo te estimo y chupa concha tu mare, para pasar el mal rato decido avanzarme de la manera mas rápida y bien cargaditos dos vodkas con jugo de naranja, que aplacaron mi estado de alerta y empecé a relajarme. Después de unas rondas mas, de haber tirado otras encima de la mesa y de haber corrido a todos los concurrentes del bar, podia ver a mi hermano en un estado de transformación total. Chani parecía que estaba tratando de convertirse en gato o en algún tipo de felino amazónico, por los rugidos y las lamidas que le daba a Tito. Jessica lloraba y le pedía a Chani que se comporte como toda una Ursulina, mientras yo los miraba y disfrutaba de su bomba. En un momento y no se cómo, me ví dentro del baño mientras la gorda meaba a concha suelta frente mío para decirme unas cuantas cosas (solo para ti Chani). Cuando ya iban por la cuarta ronda cerraron la barra, que es lo polite para pedirnos que nos vayamos, y así hicimos. Me fui con tres borrachos apestosos que se la pegaron horrible. Chicos la próxima yo no manejo.

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